Derechos
Jo-hannesburgo: Luchan por el derecho al agua
En el famoso barrio pobre de Soweto; en Jo-hannesburgo, Sud África; son numerosos los habitantes que optan por una forma un tanto drástica de deshacerse de la factura de agua: arrancan los medidores.
Consideran que los medidores restringen su derecho a tener acceso al agua potable, derecho constitucional vigente desde que se puso fin al sistema de apartheid. Los medidores prepagos, instalados en 2003, expenden la cantidad de agua que fue abonada previamente por el propietario mediante un sistema de chip similar al de la tarjeta del teléfono móvil. Ni una gota más.
Hasta que fuera implementado el sistema de medidores prepagos, la gran mayoría de la población negra debía saldar su consumo de agua a través del pago de un importe fijo mensual. Pero únicamente uno de cada tres habitantes de Soweto pagaba la factura de unos 22 dólares.
El gobierno creyó que el moderno chip, que comparativamente resulta más económico que el pago fijo mensual, podría beneficiar a largo plazo a los barrios con más carencias.
Sin embargo, a poco de que se hubieran llevado a cabo las instalaciones de los primeros medidores prepagos en el año 2003, los afectados, respaldados por la entonces recién fundada Coalición en contra de la Privatización del Agua, presentaron una demanda en contra de la municipalidad.
Cinco años después, en abril de 2008, un tribunal de Johannesburgo decidió que cada ciudadano podría elegir si haría uso de los controvertidos medidores prepagos o de los convencionales.
Además, el tribunal decidió que la cantidad de agua puesta a disposición por la municipalidad de Johannesburgo de manera gratuita ascendería de 25 a 50 litros diarios. Pero la alegría volvió a ensombrecerce al poco tiempo: desde que la empresa de agua Johannesburg Water impug-nó el fallo, la resolución quedó fuera de vigencia por tiempo indeterminado.
Los habitantes organizaron marchas de protesta semanales que recorrían la urbanización, de tres millones de habitantes. A continuación, decenas de los 85 mil medidores nuevos desaparecieron.
Patrick Sindane, de la Coalición en contra de la Privatización del Agua, que organiza las protestas, también participa en la operación en contra de los medidores desenterrándolos de su lugar. Pero sabe que esa no es una solución a largo plazo.
“La gente aquí necesita medidores convencionales, con los que uno paga la factura a fin de mes.” Para Sindane, la mayor injusticia es otra: “¿Por qué en los barrios en los que viven los ricos estos medidores no existen?”.
(Publicado por El DPA, 18 agosto 2008)
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