Dos días después de una audiencia en la que se debatió la modificación de la ley de migraciones, un cambio que Macri implementó a través de un decreto de necesidad y urgencia (DNU), los comisionados expresaron su "extrema preocupación" por la reforma. "La adopción del decreto de necesidad y urgencia incorpora disposiciones regresivas de los derechos de los migrantes", afirmó la comisionada Margarette May Macaulay, a cargo de la Relatoría sobre los Derechos de los Migrantes de la CIDH.

Macaulay elogió la ley de migraciones como un "gran ejemplo" sobre cómo tratar a los migrantes. El decreto de Macri, continuó, era una "regresión respecto de esa ley".

"La verdadera preocupación de la Comisión es que la Argentina fue un gran ejemplo sobre cómo tratar a los migrantes. Y ahora nos preocupa que haya retrocedido", dijo la comisionada en rueda de prensa.

En un contexto de inquietud global por la xenofobia, la CIDH había llamado a una audiencia "de oficio" para discutir el decreto de Macri. La política migratoria de Donald Trump generó otra audiencia, a la que EE.UU. no asistió.

El Gobierno envió al secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, y al director Nacional de Migraciones, Horacio García, a defender el decreto. Ambos ensayaron una encendida defensa del compromiso de la Casa Rosada con la apertura a la inmigración. Pero los funcionarios no despejaron las dudas de la CIDH, que se hizo eco de las objeciones de un grupo de organizaciones civiles.

Macaulay se mostró también preocupada por "declaraciones en los últimos años que estigmatizan a los migrantes al vincularlos al crimen", tanto del gobierno de Cristina Kirchner como del actual.

(Publicado por La Nación - Argentina, 23 marzo 2017)
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