Perú – Chile: La demanda por límites marítimos entra en la recta final

Los equipos de juristas de Chile y Perú llegaron a La Haya durante la semana y completaron su plataforma durante el fin de semana. Con reuniones previas en sus hoteles optaron por no salir y prepararse para el inicio de los alegatos que comienzan hoy el tribunal de La Haya, instancia que debe dirimir el conflicto de por límites marítimos entre ambos países.

En el lobby del hotel Carlton Ambassador, donde aloja la mayor parte de la delegación chilena, hubo poco movimiento, salvo por algunas caminatas del abogado sueco-francés que defenderá a Chile, Jan Paulsson, quien arribó ayer.

En cambio, la tónica en el lugar fue seguir trabajando en la revisión de las presentaciones que los días jueves y viernes Chile hará ante la Corte Internacional de Justicia.

Sin embargo, no hubo muchas reuniones en las tres salas habilitadas del lugar.

De hecho, la mayoría de los asesores permaneció en sus habitaciones para seguir el trabajo allí y presentar sus conclusiones mañana.

Asimismo, el equipo se concentró en la tarea de traducir algunos de los textos al español.

Ante esto, inevitablemente la atención de la prensa, cada vez más numerosa, se centró en la posible llegada del abogado senior de la defensa chilena, el australiano y profesor de Cambridge, James Crawford, uno de los más reputados litigantes del mundo.

Algunas versiones señalaban que el jurista arribaría ayer a Holanda. Otras, indicaban que como el abogado vive en Londres y tenía un viaje más corto, iba a preferir llegar hoy domingo.

Finalmente, Crawford arribó ayer, con muy bajo perfil. Saludó y entró en su habitación a descansar, estudiar y revisar textos.

"Llegó hoy al hotel. Se está formando el equipo y esperamos que mañana se complete. Crawford es un gran jurista, un gran humanista y naturalmente esperamos que tenga un rol muy destacado en los alegatos", explicó el abogado y asesor chileno, Enrique Barros.

Asimismo, sobre la comparación con Alain Pellet -abogado francés, señalado como uno de los principales integrantes del equipo que defiende a Perú-, el experto dijo que "son personalidades distintas. Pellet es un hombre introvertido, de una fuerte ironía, como creo que lo vamos a ver el lunes. Crawford es un hombre muy reflexivo, también irónico, pero a su manera más británica".

Aunque en el equipo chileno ningún abogado es señalado como cabeza de la defensa, muchos reconocen que el litigante australiano es "un jurista excepcional", dotado de una inteligencia "muy aguda" y con un respeto muy bien ganado a nivel mundial y dentro de la Corte misma, la que podría integrar en el futuro.

Por esto, se espera que sus intervenciones sean claves.

Última reunión antes de los alegatos

Crawford será parte hoy de la reunión plenaria del equipo chileno, la última antes del inicio de los alegatos, en la que se revisarán todos los temas y participarán todos los integrantes, tanto asesores como abogados extranjeros.

Ésta tendría lugar en la tarde, pues se esperaba que anoche el equipo madrugara revisando textos.

Además de Crawford, hoy se sumó a la delegación el ex director jurídico de la Cancillería Claudio Troncoso.

Para mañana se espera la llegada del abogado chileno Claudio Grossman y los juristas extranjeros Luigi Condorelli, Jean Marie Dupuis y Samuel Wordsworth.

Por su parte, en el equipo peruano siguieron revisando los textos, aunque los agentes Allan Wagner y José Antonio García Belaunde atendieron a la prensa de su país.

En la recta final delegación peruana

La delegación peruana comenzó a llegar hace una semana. Los primeros en aterrizar en La Haya fueron el coagente José Antonio García Belaunde y los ex cancilleres y miembros del equipo consultivo de Perú, Manuel Rodríguez Cuadros y Eduardo Ferrero. Hace tres días se les sumaron los abogados extranjeros. Revisaron hasta la última coma de las presentaciones que harán los dos primeros días. El viernes por la noche los documentos ya estaban oleados y sacramentados.

Su contenido se guarda bajo siete llaves en la embajada de Perú en Holanda, ubicada en el número 4 de la calle Nassauplein. Este lugar y el hotel Hilton son el centro de operaciones del equipo peruano.

El agente peruano ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, Allan Wagner, será quien abrirá la fase oral, que será una etapa decisiva previa a la sentencia que determinará nuestra frontera marítima, a mediados del próximo año. En inglés, sustentará los principales documentos y pruebas en los que se basa el pedido peruano de la equidistancia.

El lunes a las tres de la tarde en La Haya (9 de la mañana en Perú) se develará el misterio. Los 16 magistrados de la Corte –incluidos los dos jueces ad hoc designados por las partes en litigio–, así como los miembros de la delegación chilena, recibirán las carpetas con las exposiciones de ese día. Esos jueces ad hoc tienen voz, pero no voto.

Wagner efectuará la exposición introductoria. En media hora enumerará los principales intentos que hizo nuestro país para resolver el tema de forma directa con Chile y enumerará cuáles son las pruebas más determinantes que sustentan nuestro pedido y demuestran que no hay un tratado de límites marítimos entre Perú y Chile, aunque el país vecino afirme lo contrario.

Afinando la defensa

Ayer, el equipo jurídico peruano, que se ha instalado en el segundo piso del hotel Hilton, hizo un alto a su jornada para atender a la prensa interrumpiendo un desayuno de trabajo.

En breves declaraciones, Wagner afirmó que la posición peruana es muy sólida y que están satisfechos del avance alcanzados en este proceso contencioso.

"Estamos trabajando mucho y estamos satisfechos del avance que hemos hecho de la posición peruana, que es una posición sólida y que será muy buen expuesta a partir del lunes", declaró.

Hoy el equipo que lidera Wagner se reunirá con el canciller Rafael Roncagliolo, quien llegará a La Haya en horas de la tarde, procedente de México, para afinar los últimos detalles de la defensa peruana.

Junto a Wagner estaban los ex ministros Eduardo Ferrero Costa, Manuel Rodríguez Cuadros y el coagente José García Belaunde, quienes se encuentran en La Haya desde el lunes, cuando empezaron las reuniones de trabajo.

También se pudo ver en la mesa al abogado francés Alain Pellet, uno de los tres juristas extranjeros contratados por el Perú para sustentar nuestra demanda

La jornada finalizó pasadas las nueve de la noche. La ciudad de La Haya soportaba una lluvia que empezó varias horas antes.

La demanda Esta historia comenzó a escribirse hace muchos años, en los que Perú intentó zanjar el tema y encontrar una salida conjunta. Ante la constante negativa de Chile, en enero del 2008 nuestro país presentó la demanda ante la Corte Internacional de Justicia.

Nuestro petitorio contiene tres puntos básicos. En primer lugar que, al no existir un acuerdo de delimitación marítima entre ambos países, la Corte determine este espacio, de acuerdo al derecho internacional consuetudinario, asumido por dicho tribunal en varios casos precedentes.

De esta manera, Perú propone el trazado de una línea equidistante en la zona de proyección marítima de los dos Estados que se sobrepone, en vista de su territorio geográfico.

Actualmente, Chile asegura que esta frontera se define por el paralelo, asumiendo como suyos alrededor de 38 mil km2 del mar peruano.

En esta solicitud, Perú precisa que el límite marítimo debe ser delineado desde el Punto Concordia, donde empieza el límite terrestre, reconocido en el Tratado de Lima de 1929 y por la Comisión Mixta de Límites de 1930.

Además, Perú ha pedido que la Corte declare y reconozca sus derechos soberanos y exclusivos en la zona marítima que se encuentra dentro de las 200 millas peruanas y más allá de las 200 millas marinas de las costas de Chile.

Esta zona, conocida como “el triángulo externo”, implica 28.700 km2 que el vecino país del sur considera como altamar e inclusive ha desarrollado la tesis del "mar presencial" –que está al margen del Derecho Internacional– por la que se atribuye ciertos derechos en dicha área.

Nuestro país reclama esta zona en base al principio del Derecho Internacional en virtud del cual todos los estados ribereños tienen derecho a un dominio marítimo adyacente hasta una distancia de 200 millas desde sus costas.

(Publicado por El Mercurio – Chile y La República – Perú, 2 diciembre 2012)
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