Importaciones
Argentina dice que por el fracaso de la cosecha, Brasil importaría trigo francés
La información salió el miércoles de una cámara agrícola francesa. Indicaba que Brasil estaría por adquirir trigo de Francia que cumpla con los controles de calidad y sanitarios. Pero en Brasilia, no hubo forma de confirmarlo.
Brasil busca autoabastecerse de trigo pero los números de la producción local todavía no cierran: de las 12 millones de toneladas del cereal que consumen los brasileños en forma anual, poco menos de la mitad se compra a proveedores externos: básicamente, a la Argentina.
Sin embargo, en París insistían que ellos suplantarán a los trigueros argentinos que "sufren una fuerte caída en su producción". La versión tendría un asidero: la misión económica francesa que acompañó al presidente Nicolás Sarkozy a Brasilia, hace poco más de un mes, entendió que Brasil estaría listo para adquirir trigo francés. Lo dijo FranceAgriMer, organización de productores agrícolas. Si se piensa en términos políticos la expectativa no es tan descabellada: Lula celebró con Sarkozy un amplísimo acuerdo económico, no sólo en el campo militar sino también en el civil.
A cambio de transferencia de tecnología en el sensible sector armamentístico Brasil hizo sus propias "concesiones". Una de ellas está a la vista: los 10.000 millones de dólares que deberán ser invertidos en la construcción de un tren de alta velocidad entre Campinas, San Pablo y Río de Janeiro.
Pero volviendo al trigo, entre fines del año pasado y principios de este año Brasil compensó las falencias parciales en las exportaciones de Argentina con compras en Canadá, Estados Unidos y Rusia. Claro que el gobierno de Cristina Fernández se sensibilizó ante la pérdida de espacio en el mercado brasileño que tenía, en la práctica, como cautivo en relación al grano. Y tomó medidas para beneficiar productores pequeños y medianos con devolución del impuesto a la exportación.
Para que el trigo francés fuera competitivo sería preciso que el arancel que protege la producción nacional brasileña bajara a cero, algo impensable frente a la resistencia férrea del ministro Stephanes quien busca exactamente lo contrario: subir los aranceles aduaneros. El funcionario argumentó que el trigo canadiense y norteamericano está fuertemente subsidiado y que es preciso defender a los agricultores locales de esa competencia "desleal". Quien parece decidido a la opción canadiense, americana y eventualmente francesa, es el secretario de Comercio Exterior del Ministerio de Desarrollo de Brasil Welber Barral.
(Publicado por El Clarín – Argentina, 15 octubre 2009)
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