Integración
OEA deroga resolución para permitir reingreso Cuba
La Organización de Estados Americanos (OEA) derogó el miércoles una añeja resolución que excluyó hace casi medio siglo a Cuba del organismo, abriendo el camino para su reingreso a pesar del rechazo de la propia isla.
Aunque la resolución aprobada de forma unánime -incluido el voto de su histórico enemigo Estados Unidos- no establece condiciones explícitas a Cuba para volver al organismo, asegura que su eventual reincorporación dependerá de un proceso de diálogo y negociaciones.
Ese diálogo incluirá democracia y derechos humanos, los eternos temas de discusión entre La Habana y Washington y por los que Estados Unidos mantiene un embargo a la isla desde 1962, el mismo año en que fue expulsada de la OEA.
Estados Unidos, que presionó por la expulsión, argumentó entonces que el Gobierno comunista de Fidel Castro no era compatible con los principios democráticos de la OEA, pese a que para ese momento contaba entre sus miembros con países gobernados por dictaduras de derecha, como Paraguay.
La decisión de la OEA ocurre en medio de un acercamiento entre ambos países, históricos enemigos ideológicos, y poco después de que el presidente Barack Obama decidiera eliminar restricciones sobre viajes y envío de remesas a Cuba.
Hace unos meses, los países de la OEA comenzaron a plantear que la vieja resolución era arcaica y debía anularse para ayudar al incipiente diálogo entre Washington y La Habana.
Pero "esto no es un regreso automático de Cuba a la OEA. Hay un proceso que Cuba debe hacer", dijo Thomas Shannon, secretario de Estado adjunto para Asuntos Hemisféricos de Estados Unidos en una rueda de prensa.
La secretaria de Estado, Hillary Clinton, quien participó el martes de la reunión de cancilleres de la OEA en San Pedro Sula, Honduras, señaló por su parte en un comunicado que Cuba podrá regresar al organismo "si la OEA decide que su participación cumple los propósitos y principios de la organización, incluyendo democracia y derechos humanos".
CUBA ENSEÑA LOS DIENTES
Cuba ha dicho que no le interesa regresar a la OEA, un organismo que considera debería desaparecer y al que Fidel Castro acusó el miércoles de ser "cómplice" de crímenes cometidos contra la isla.
Cuba y aliados clave como el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, respaldan esta visión, a pesar de que participaron activamente en las negociaciones para derogar la resolución.
"Esta victoria de hoy no es suficiente. Es sólo, así lo tomamos, el punto de inicio de una nueva era. Porque la OEA está ahí, sus mecanismos intactos, el imperialismo está ahí intacto", dijo Chávez a la televisión estatal.
La exclusión de Cuba de la OEA ocurrió un año después de la ruptura de relaciones con Estados Unidos. La última vez que la isla participó de una reunión del organismo fue en agosto de 1961 en Uruguay, representado por el líder revolucionario Ernesto "Che" Guevara como su ministro de Industria.
La aprobación en Honduras fue sorpresiva, porque hasta el martes por la noche los cancilleres del continente no se habían puesto de acuerdo en torno del texto, mientras Estados Unidos buscaba incluir condiciones sobre democracia y derechos humanos para votar por la anulación de la vieja resolución.
Países aliados de Cuba como Venezuela, Bolivia, Nicaragua y Honduras, también se mostraron complacidos con la resolución y dijeron que fue posible por la llegada de Obama a la Casa Blanca.
"La Guerra Fría ha terminado este día aquí, en San Pedro Sula. Se está haciendo una sabia y honrosa rectificación", dijo el presidente hondureño, el anfitrión Manuel Zelaya.
Su canciller y presidenta de la asamblea, Patricia Rodas, consideró que "en la administración (de George W.) Bush esto jamás habría sido posible".
Pero entre los anticastristas en Miami el ánimo era muy distinto.
"La decisión de la OEA es una afrenta al pueblo cubano y a todos los que luchan por la libertad, la democracia y los derechos humanos", dijo en un comunicado desde Miami la congresista cubano americana Ileana Ros-Lehtinen.
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega y el canciller de Venezuela, Ricardo Maduro, aprovecharon la asamblea para pedir el fin del embargo, pero Shannon pidió no adelantar vísperas.
"Estamos en un proceso con Cuba. Es un proceso joven, un proceso que requiere de definición, pero nosotros estamos interesados en seguirlo", señaló.
Sobre el repentino cambio que llevó a anular la resolución en la mañana del miércoles, cuando hasta el martes estaban trabadas, un asesor de Obama sugirió que los aliados de Cuba cedieron a las menciones sobre democracia y derechos humanos.
"Hubo un grupo de países que no podía aguantar quizás menciones de la democracia, los derechos humanos y quizás durmieron bien y esta mañana estuvieron en concordancia con el consenso que se había formado", dijo Daniel Restrepo, asesor principal sobre asuntos hemisféricos del mandatario.
Después del gesto político de la OEA, muchos creen que le toca a Cuba decidir qué hacer.
Para Bert Hoffmann, un experto sobre Cuba del German Institute of Global and Area Studies en Hamburgo, la decisión de la OEA es "un éxito ambiguo" para la isla.
"Ahora Cuba debería iniciar el proceso de volver a ser miembro activo y, dada la retórica anti-OEA de Fidel (Castro), eso deja a Cuba más bien auto excluida", dijo el analista.
Reingreso a OEA, una oferta que a Cuba no le interesa
La decisión de la OEA de reabrir sus puertas a Cuba puso el miércoles la pelota en la cancha de la isla, que, sin embargo, ha dicho hasta el cansancio que no quiere volver al club del que fue expulsado hace casi medio siglo.
Horas antes de que la Organización de Estados Americanos (OEA) revocara la expulsión de Cuba en 1962, el ex presidente Fidel Castro describió al grupo de 34 naciones como un "Caballo de Troya" del neoliberalismo.
"La OEA fue cómplice de todos los crímenes cometidos contra Cuba", escribió el líder revolucionario de 82 años, apartado del poder desde que enfermó hace casi tres años.
Autoridades cubanas no estuvieron inmediatamente disponibles para comentar la decisión adoptada en la ciudad hondureña de San Pedro Sula por la mayoría de sus aliados latinoamericanos contra la voluntad inicial de Estados Unidos.
Independientemente de lo que haga La Habana, la decisión es un traspié para el presidente estadounidense Barack Obama, que estaba dispuesto a discutir la reincorporación de Cuba siempre que la isla mostrara avances democráticos y de derechos humanos, según analistas.
"Esta votación representa un cambio sustancial en la firmeza de los países de América Latina en relación a Cuba y subraya que Estados Unidos está siendo forzado a escuchar con mayor atención las preocupaciones de la región", dijo Dan Erikson, experto en Cuba del Inter-American Dialogue en Washington.
"Pero también complica los esfuerzos de Cuba por presentar a la organización como instrumento del imperialismo estadounidense cuando en realidad Washington fue claramente incapaz de persuadir a los países de América Latina de que aceptaran su punto de vista", añadió.
Cuba, ¿Salta de alegria?
Fidel Castro, convertido en influyente asesor de su hermano, el presidente Raúl Castro, lleva más de un mes y medio atacando sistemáticamente a la OEA desde su blog en internet.
¿Su tesis? La Organización ha sido durante casi medio siglo un títere de Estados Unidos y no tiene razón de ser.
"La OEA tiene una historia que recoge toda la basura de 60 años de traición a los pueblos de América Latina", escribió el 14 de abril, en vísperas de la Cumbre de las Américas de Trinidad y Tobago.
"Nos ofende incluso, al suponer que estamos deseosos de ingresar en la OEA", añadió.
Raúl Castro fue todavía más claro. "La OEA tiene que desaparecer. Vean su historia y entenderán por qué tiene que desaparecer", dijo a mediados de abril durante una cumbre en Venezuela.
Un diplomático latinoamericano en La Habana opinó que el cuadro de derechos humanos y garantías democráticas en Cuba representaría un problema incluso si la isla cambia de ida y decidiera volver a la OEA.
"Es poco probable que Fidel Castro esté saltando de alegría ante la nueva oportunidad de Cuba de incorporarse a la OEA", dijo Erikson, del Inter-American Dialogue.
"Ha dejado bastante claro que Cuba ve la membresía como algo que está ansioso por rechazar", añadió.
Para Bert Hoffmann, un experto en Cuba del German Institute of Global and Area Studies en Hamburgo, la decisión de la OEA de aceptar a Cuba es "un éxito ambiguo" para la isla.
"Ahora Cuba debería iniciar el proceso de volver a ser miembro activo y, dada la retórica anti-OEA de Fidel (Castro), eso deja a Cuba más bien auto excluida", dijo el analista.
"Si prácticamente toda América Latina se felicita por haber revocado la suspensión, ahora es la retórica anti-OEA de Fidel (la) que no conecta con América Latina.", agregó.
(Publicado por Reuters, 3 Junio de 2009)
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