lunes, 3 de novembro de 2008


Banca

Bancos brasileños Itaú y Unibanco anuncian fusión

Itaú y Unibanco, dos de los mayores bancos privados de Brasil, dijeron el lunes que alcanzaron un acuerdo para fusionar sus operaciones en una compañía.

La nueva firma, que se llamará Itaú Unibanco Holding, será el mayor grupo financiero del sector privado de Brasil, dijeron las entidades en un comunicado conjunto.

Los planes

Fue un terremoto financiero para muchos positivo, aunque para otros está por verse. Se trata de la fusión de los bancos Itaú y Unibanco, anunciada ayer por sus titulares, Roberto Setúbal y Pedro Moreira Salles, familias ultra tradicionales de Brasil, que huele más a la necesidad de defenderse de los coletazos de la crisis internacional que a una decisión de posicionarse en los primeros escalones mundiales. La unión, dijeron en conferencia de prensa ambos CEOs, da nacimiento al mayor grupo financiero del Hemisferio Sur y al 9º banco del continente americano: lo preceden apenas los grandes de Estados Unidos, que además están entre los mayores del mundo.

Itaú-Unibanco, como pasan a llamarse ahora, reúnen activos por un valor cercano a 280.000 millones de dólares. Según sus dirigentes, las dos entidades juntas "sepultarán" la expectativas del Santander de dominar el mercado brasileño.

En una conferencia de prensa dijeron que la negociación venía desde hace más de un año y comentaron que el último domingo le dieron personalmente la noticia al presidente Lula da Silva.

Algunos miembros del gobierno, como el ministro de Hacienda, Guido Mántega, celebraban el maridaje. "Es muy importante porque consolida a los dos bancos. Es normal que en un momento de turbulencias, de problemas internacionales en los sectores financieros, haya un movimiento de fusiones", declaró al salir de una reunión con el jefe de Estado brasileño en el Palacio del Planalto.

De acuerdo con el ministro, esta unión marital vendría a resolver uno de los cuellos de botella más peligrosos para la economía brasileña: la falta de crédito. Es que la gravedad de la situación de las entidades brasileñas llevó a las principales instituciones crediticias a literalmente sentarse sobre el dinero. "Creo que ellos se unen para cumplir el papel de liberar préstamos", apostó Mántega. Es un análisis sin confirmación.

La otra cara de la moneda es que la crisis internacional golpeó fuerte el sistema financiero brasileño, como lo hizo en el 95, en el 97, en 1998-1999 y en 2002. Y la respuesta a ese proceso no difiere de la observada en los Estados Unidos. Es casi una copia. Tanto que el propio ministro Mántega reconoció que "la fusión aumentará la concentración del sistema financiero nacional". Sólo que, a diferencia de lo que había dicho hace 12 años, cuando se produjo el primer proceso de racionalización del sistema financiero (con el ex presidente Fernando Henrique Cardoso), ahora cree que la concentración "es un factor positivo en la medida en que fortalece las instituciones que actúan en el país". El propio Mántega admitió: "Van a tener un poderío financiero mayor."

Quienes sí están preocupados son los empleados del banco y los clientes. Roberto Setúbal, que quedará como CEO de la nueva entidad, sostuvo: "Nuestra intención es mantener todas las sucursales. No habrá un programa de retiros voluntarios ni de despidos."

Su colega Moreira Salles, que queda en el cargo de presidente del directorio (una institución diferente al modelo de Argentina), admitió que se impone un "ajuste" y sugirió claramente que pueden cerrarse agencias no rentables. No deja de ser llamativo que tanto el Itaú como el Unibanco se esmeraran en señalar que ninguno compró al otro. "Es una fusión", insistieron. Un especialista, sin embargo, analizó: "El negocio de la fusión es una forma de enfrentar la crisis. Es que los dos bancos sufrieron una caída en la cotización de sus acciones en la Bolsa y esto puede parar el deterioro."

El coloso Votorantim pierde su banco

Un segundo impacto estremeció ayer los mercados financieros brasileños. Fue la información de que el Grupo Votorantim, líder en el empresariado brasileño, deberá vender el control de su brazo financiero: el Banco Votorantim, que está en el puesto 9º del ranking nacional, al Banco do Brasil. 

Para tener una idea de la dimensión del negocio, vale la pena saber quiénes son los personajes que están en escena. Antonio Ermírio de Moraes, el capitán del barco, es el hombre más rico de Brasil con una fortuna estimada en 10.000 millones de dólares. Es uno de los pocos latinoamericanos que forman parte del selecto grupo de fortunas que enlista anualmente la revista Forbes.

Las "pertenencias" de Moraes equivalen a una sexta parte de los activos del más rico del mundo: Warren Buffet, a quien en Estados Unidos lo equiparan con el personaje de Forrest Gump protagonizado por Tom Hanks. Pero en Brasil, la venta parcial o total de Banco Votorantim es un indicio más de la gran reestructuración financiera en marcha en este país, donde empresas que apostaron al "casino" de los contratos de dólar a futuro registraron pérdidas serias, entre ellas el propio hólding de Moraes.

La institución en venta tiene activos por US$ 32.000 millones y, según anticipó ayer el portal de la revista Exame de la editorial Abril, "las negociaciones están muy adelantadas y los resultados se pueden conocer en los próximos días".

Las empresas del hólding son líderes en el mercado del cemento y hormigón, en minería y metales (aluminio, zinc, níquel y acero) y en celulosa y papel. Pero sus actividades son muy diversificadas y se destacan en la exportación de jugo de naranja, especialidades químicas y en la autogeneración de energía eléctrica. Hace poco tiempo habían incorporado áreas como la biotecnología agrícola y la informática.

(Publicado por Reuters y El Clarín - Argentina, 3 noviembre 2008)
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