jueves, 18 de setembro de 2008


Diálogo

Gobierno y oposición de Bolivia abren crucial diálogo político

El presidente Evo Morales y ocho de los nueve prefectos regionales de Bolivia iniciaron el jueves un diálogo a puertas cerradas en busca de acuerdos para superar un largo y cruento conflicto político que en las últimas semanas amenazó con dividir al país.

El encuentro, en un centro vacacional en las afueras de la ciudad central de Cochabamba e instalado con casi dos horas de atraso a las 08.50 hora local (1250 GMT), se producía mientras volvía la normalidad a gran parte del país, tras una ola de protestas antigubernamentales que dejó al menos 17 muertos.

"Esta es tal vez la última oportunidad de resolver los problemas nacionales en paz," dijo al llegar a la reunión el prefecto del departamento sureño de Tarija, Mario Cossío, portavoz de los distritos opositores que reclaman su autonomía y rechazan una nueva Constitución indigenista-socialista impulsada por Morales.

No se divulgó un programa del diálogo, aunque el presidente Morales dijo previamente que pretendía que se desarrolle sin interrupciones para producir un acuerdo antes de 30 días.

Los departamentos de Santa Cruz, la capital económica del país, Beni, Pando y Tarija lideraron en las últimas tres semanas una ola de protestas que incluyó violentas tomas de oficinas públicas, bloqueos de carreteras y sangrientos enfrentamientos con seguidores de Morales.

Los distritos, que concentran la mayor parte de la riqueza del empobrecido país, se oponen a la nueva Constitución, que profundiza la nacionalización de la economía, da más poder a la mayoría indígena y combate los latifundios, especialmente en las tierras bajas del este de Bolivia.

Tras la ola de violencia, la oposición decidió aceptar una invitación del Gobierno al diálogo, que incluye dar más poder a los departamentos opositores y devolverles parte de la recaudación de un impuesto a los hidrocarburos.

A cambio, la oposición debería aceptar que Morales, que el lunes recibió un fuerte apoyo de los mandatarios sudamericanos en una cumbre en Santiago de Chile, consulte a la población sobre su nueva carta magna.

"El Gobierno está seguro de que es posible un acuerdo que garantice la continuidad del proceso de cambios, empezando por la nueva Constitución, y a la vez responda a las demandas regionales de autonomía," dijo el viceministro de Descentralización, Fabián Kaksic.

Un gran ausente en el diálogo era el prefecto opositor Leopoldo Fernández, del departamento amazónico de Pando, detenido y acusado de ordenar una masacre de campesinos oficialistas la semana pasada, en el suceso más violento del conflicto que dejó millonarios daños por tomas de gasoductos.

El cardenal católico Julio Terrazas destacaba en un grupo de facilitadores del diálogo, al que se ha anunciado que se sumarán el ex canciller chileno Juan Gabriel Valdés, en representación de la Unión Sudamericana de Naciones; y el también chileno José Miguel Insulza, secretario general de la OEA.

Morales ha acusado a la oposición de orquestar un golpe de Estado civil con la ayuda de Estados Unidos para derrocarlo.

(Publicado por Reuters, 18 septiembre 2008)
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