Tratado
El presidente electo de Paraguay quiere cobrar más por la energía
La cuadra donde vive Fernando Lugo, en un barrio de clase media en la localidad de Lambaré, pegada a Asunción, ya no es la misma. Quedó atrás la tranquilidad que se respiraba hace pocos días. La casa está ahora custodiada por varios policías y no para de entrar y salir gente por el portón marrón.
El ex obispo ya es presidente electo de Paraguay y como tal afirmó ayer que su prioridad será fortalecer las relaciones con los países vecinos. Pero remarcó que reclamará a Argentina y a Brasil "un precio justo por la energía" que producen las represas binacionales de Itaipú y Yacyretá.
Todavía cansado por una noche de festejos, tras arrancarle el poder al Partido Colorado por primera vez en 61 años con una victoria contundente en las urnas, Lugo recibió en su austero living a algunos periodistas argentinos, entre ellos esta enviada.
-Una de sus principales promesas de campaña fue asegurar la soberanía energética de Paraguay y revisar los tratados de Itaipú, con Brasil, y Yacyretá, con Argentina. ¿Cómo puede afectar esto las relaciones bilaterales?
-Anoche hemos recibido una llamada muy alentadora de la presidenta Cristina, felicitándonos y, al mismo tiempo, poniéndose a disposición de los diferentes temas bilaterales que nos conciernen. La expresión de voluntad ya es un paso. Lo mismo la visita que hemos hecho al presidente Lula en Brasil. El ha abierto las puertas a conformar una mesa técnica, de conversación, de diálogo. Independientemente de que haya posturas diferentes, apuntamos a buscar consensos que puedan beneficiar a ambos países. Las represas hidroeléctricas son binacionales. Lo que reclamamos nosotros es un precio justo de la energía, que la que vendemos no sea al costo sino al precio de mercado, para que la economía paraguaya pueda tener un cambio sustancial.
La enorme represa de Itaipú, construida en 1973, tiene 20 turbinas y la mitad corresponde a Paraguay, pero sólo utiliza una para su consumo. El resto de la energía se la vende a Brasil prácticamente al costo y recibe unos 100 millones de dólares anuales. Pero la empresa Electrobras de Brasil revende esa energía al parque industrial de San Pablo por un valor de más de 2.000 millones de dólares por año. "Se queda con un gran superávit", explicó a Clarín el jefe de Economía del diario ABC de Asunción, Ramón Casco.
En el caso de Yacyretá, la energía que produce la represa corresponde en un 50% a la Argentina y en un 50% a Paraguay. Sin embargo, este país utiliza sólo entre un 2 y un 5% y vende su excedente a la Argentina. Según la información paraguaya, lo hace a un valor de 8 dólares por megawatt/hora. En Argentina, las fuentes de la empresa afirman que el precio sería de US$ 30 por megawatt/hora. Según expertos, el precio de mercado oscilaría entre 80 y 100 dólares por megawatt/hora.
"Pero por un instrumento diplomático, la Argentina sólo paga una cuarta parte al contado y el resto en cuotas. Hoy existe una deuda superior a US$ 10 millones", explicó Casco.
El presidente brasileño felicitó ayer a Lugo por su victoria electoral, pero advirtió que no revisará el tratado de Itaipú, que rige hasta 2023. Pero poco después, su canciller, Celso Amorim, no descartó revisar el acuerdo y dijo que alguna vez ya se consensuó aumentar el precio que Brasil paga por la energía de Itaipú.
Este delicado tema estará sin dudas en la agenda del futuro gobierno paraguayo, aunque no será el único. En la charla en su casa, Lugo habló también de la integración regional y de las asimetrías entre las dos principales economías del Mercosur (Brasil y Argentina) y las más pequeñas (Paraguay y Uruguay).
"Hemos tenido repercusión positiva al plantear este tema. En la primera conversación con (Néstor) Kirchner en mayo, él mismo se hacía eco de las asimetrías en las condiciones del Mercosur y dijo estar abierto a las conversaciones para que puedan ir al menos menguando o desapareciendo", afirmó. "Si queremos un Mercosur integrado, fortalecido, profundizado, debemos ir superando estas asimetrías, y que Paraguay y Uruguay podamos también sentir los grandes beneficios de la integración", remarcó.
Lugo, que como obispo del postergado departamento paraguayo de San Pedro apoyó la lucha de los campesinos sin tierra, se refirió también a la reforma agraria que piensa poner en marcha a partir de su asunción, en agosto.
"En Paraguay no tenemos ni siquiera un catastro nacional de propiedades. «ése será el punto de partida: saber de quiénes son las tierras, cuánto tienen, sus titulaciones. La distribución de la tierra en Paraguay es una de las más escandalosas del continente", sostuvo. Y adelantó que apunta a llamar a "una mesa con los diferentes sectores interesados en la reforma agraria: empresarios, latifundistas, sin tierras, el Estado, técnicos. Debemos buscar juntos un diseño que sea nuestro, que no sea traumático ni violento, y sea consensuado".
Uno de sus primeros pasos -según anunció- será "consolidar la Alianza Patriótica, que tiene ocho meses. Hay muchas lagunas dentro de ella, muchas falencias. Tenemos que reforzar el compromiso político con el pueblo y prepararnos para ser gobierno el 15 de agosto".
(Publicado por El Clarín – Argentina, 22 abril 2008)
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