Demanda
Gobierno argentino oficializa demanda a directivos de Shell por falta de gasoil
El secretario de Comercio Interior de Argentina, Guillermo Moreno, ratificó ante la Justicia que quiere llevar a la cárcel a los directivos de la empresa petrolera Shell por presunto desabastecimiento de gasoil entre diciembre y julio pasado.
El funcionario concurrió personalmente a los tribunales en lo Penal Económico para confirmar al juez Marcelo Aguinsky las actuaciones administrativas labradas contra la empresa y giradas a la Justicia. Se trata de 32 presuntos casos de desabastecimiento en los que la Secretaría de Comercio pidió la sanción de arresto prevista en la Ley de Abastecimiento, de 1974. Además, la empresa sufrió millonarias multas.
Como Moreno no tiene facultades para arrestar personas, mandó los expedientes a la Justicia. Pero como el procedimiento no está regulado por ley, Aguinsky dispuso tratar el caso como un delito correccional. Su idea es hacer un juicio oral y público antes de fin de año. La ley de Abastecimiento -muy cuestionada en ámbitos jurídicos- prevé penas de hasta 4 años de cárcel.
"Vine a ratificar todo lo que denuncié", dijo escuetamente ayer Moreno al llegar al mismo edificio en el que un par de horas después se haría un juicio contra la precandidata presidencial Elisa Carrió. El polémico funcionario se fue por una puerta lateral, sin hacer declaraciones.
El secretario de Comercio le aseguró al juez que los directivos de Shell "tuvieron la intención de provocar desabastecimiento" de gasoil durante los últimos meses, según dijeron a Clarín fuentes judiciales. Además, el funcionario le adelantó su voluntad de presentarse en la causa como parte querellante.
Acompañado de un abogado, Moreno leyó y ratificó las 21 denuncias en manos de Aguinsky por igual cantidad de casos de supuesto desabastecimiento girados a la Justicia por la Secretaría a su cargo. Hay otras 8 denuncias similares que el juez había recibido de su colega Diego Zysman, pero como Shell apeló ese traspaso de juzgado, la resolución está en manos de la Cámara de Apelaciones en lo Penal Económico.
El tribunal superior al juez también tiene a estudio otro conflicto de competencia, ya que la fiscal Alicia Sustaita cree que el primer caso llegado a la Justicia debe ser dirimido en Formosa, ya que en esa provincia se produjo el hecho denunciado.
Pero, lo más importante, la Cámara deberá decidir, tarde o temprano, si es correcto el procedimiento correccional elegido por Aguinsky, con juicio oral y público incluido. En Tribunales no recuerdan casos similares en los que se haya pedido arresto de empresarios.
La denuncia está personalizada en el presidente de Shell, Juan José Aranguren, por su rol en la empresa. Pero eso no quita que otros directivos de la firma sobre los que haya sospechas de que hayan provocado desabastecimiento también terminen en el banquillo de los acusados. Por las dudas, Aranguren ya tiene un abogado que actúa en la causa.
"Falta discutir mucho, hay que ver qué está en vigencia de la Ley de Abastecimiento", dijo una fuente judicial que prefirió ser cauta y no apresurar los hechos.
Silencio empresario ante el embate contra la petrolera
Sin asombro. Así recibieron la mayoría de los hombres de negocios la decisión del secretario de Comercio, Guillermo Moreno. Ayer, el funcionario fue a los tribunales en lo Penal Económico para presentar las pruebas que, según su criterio, demostrarían que la petrolera Shell violó la ley de abastecimiento dejando sin gasoil al mercado. De acuerdo al mismo razonamiento, lo hizo también para subir los precios. El funcionario apunta a que, cumpliendo esa norma, la Justicia arreste a los directivos de Shell, que él puso en su mira.
En su estructura de pensamiento político y personal se considera el "guardián K de los precios". Y, desde su perspectiva, éstos deben moverse lo menos posible (o, en todo caso, subir lo menos visiblemente posible) en especial a dos meses de las elecciones.
Tras su jugada en los tribunales, algunos sectores miraron la jugada de Moreno con los ojos puestos en el impacto internacional que tendría. Recordaron que detrás de Shell está la mismísima corona holandesa como uno de sus principales accionistas. Y unieron la ofensiva del Gobierno al fallido intento de compra de las estaciones de Shell por parte de la venezolana PDVSA.
Sin embargo, entre los hombres de negocios hay quienes también sostienen que la estrategia de precios que estableció Shell desde el principio del gobierno de Kirchner sólo le valió malos momentos. Pero lo que colmó la paciencia K fue la solicitada con la que Shell quiso justificar la suba del gasoil.
Hincha fanático de Racing, amante del asado al horno con papas y ferviente militante K, Moreno -ya todos lo saben en el sector privado- se mueve como pez en el agua en un escenario de confrontación.
Por eso, en algunos círculos del sector privado consideran que publicar aquella solicitada por parte de Shell puso a la compañía en un terreno que el secretario Moreno maneja con mucha comodidad.
Por ahora, todo preanunciaría que en su pelea frontal, Shell sumaría escasísimas chances de que sus pares salgan a defenderlos. Sería -dicen- la consecuencia de haber roto un código no escrito: ante una pelea los malos modales es lo de menos. Lo que importa es haber hecho pública esa disputa. Además, muchos de los posibles aliados de la petrolera, hoy tienen contratos con el Estado.
(Publicado por El Clarín – Argentina, 28 agosto 2007)
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