Brasil: El interior y la periferia recibirán médicos extranjeros en septiembre

El gobierno de Brasil pretende llevar en septiembre los primeros médicos brasileños y extranjeros a los municipios del interior y de la periferia de las grandes ciudades. Los profesionales formarán parte de un nuevo programa que pretende el establecimiento de esos profesionales en las zonas del país con menos recursos.

Hoy se publicará la normativa, dirigida a médicos de todas las nacionalidades. La prioridad la tendrán los profesionales formados en Brasil. En seguida, se llamará a los brasileños formados en el exterior y, por último, a los extranjeros.

El programa "Mais Médicos" lo lanzó ayer Dilma Rousseff. La presidenta afirmó que el objetivo es "acelerar soluciones" y "buscar nuevo caminos".

La presidenta afirmó que "no se puede obligar a un médico que vive en la capital a ir al interior". "Pero tenemos que admitir honestamente que algo ha de hacerse para que todos los brasileños tengan derecho a un médico".

El gobierno pagará a los médicos una bolsa mensual de R$ 10.000 y una ayuda para los gastos, en un único ingreso, de R$ 10.000 a R$ 30.000 (de US$ 4.400 a US$ 13.300), dependiendo del destino.

La prioridad la tienen las capitales, regiones metropolitanas con áreas de vulnerabilidad, distritos indígenas y municipios con mayor concentración de pobreza.

El número total de profesionales convocados dependerá del interés de los municipios, afirmó el Ministerio de Salud. La expectativa, en las últimas semanas, era de atraer 10.000 médicos, a través de convocatorias mensuales.

En el caso de los extranjeros, solo podrán presentarse profesionales que actúan en países con más proporción de médicos que Brasil (lo que excluye a Bolivia y Paraguay, entre otros) y aquellos que tienen diplomas que les autorizan a trabajar en el país donde se formaron.

En esta etapa, las inscripciones son individuales y no a través de acuerdos con gobiernos e instituciones. Esta premisa puede dificultar la inscripción de médicos cubanos.

La Folha reveló ayer que las negociaciones con el gobierno de Cuba para traer a sus médicos se han congelado.

Programa

El Gobierno de la presidenta brasileña Dilma Rousseff ha lanzado un polémico programa de sanidad llamado Más Médicos que supone, entre otras cosas, un servicio médico obligatorio durante dos años en hospitales y ambulatorios públicos para todos los estudiantes de medicina. Sin ese servicio, que tendrá que ser prestado una vez acabada la carrera de seis años, los estudiantes de medicina no podrán adquirir el diploma oficial. La iniciativa ha sido duramente criticada por las entidades médicas nacionales, que ya anunciaron que recurrirán contra ella a la justicia.

En una nota dichas entidades han calificado la medida del servicio médico obligatorio como "trabajo esclavo" que retrasa dos años la carrera médica, que no se reduce a los seis años de facultad sino que generalmente implica varios años más de especialización. Los médicos no excluyen promover una huelga general y salir a la calle.

La presidenta Rousseff ha defendido con fuerza la decisión de su gobierno que ayudará, según ella, a los estudiantes de medicina a formarse en el Sistema Único de Salud (SUS), uno de los más avanzados del mundo ya que ofrece asistencia médica gratuita a todos los ciudadanos sin distinción.

Para Rousseff, el programa Más Médicos llega en el momento en el que el país está adquiriendo "una mayor conciencia ciudadana". A las instituciones médicas que han criticado ese servicio médico obligatorio ha respondido María do Socorro de Souza, Presidenta del Consejo Nacional de Sanidad (CNS) recordando que los estudiantes "deben retribuir a la sociedad lo que invirtió en ellos".

El programa Más Médicos presenta también una serie de propuestas para aumentar el número de puestos de especializaciones médicas en las facultades de medicina de todo el país, sobre todo en los lugares con mayor carencia de médicos.

Uno de los puntos también polémicos del programa Más Médicos es el de la contratación de médicos extranjeros, sobre todo españoles y portugueses para trabajar tres años en las zonas más pobres del país donde generalmente se niegan a ir los médicos brasileños. Los médicos extranjeros empezarán a trabajar ya en septiembre con un sueldo de 10.000 reales (3.445 euros). Podrán ocupar los puestos que no quieran los médicos brasileños, que tendrán prioridad, y necesitarán conocer el portugués.

La presidenta Dilma ha insistido en que todos los países del mundo contratan médicos extranjeros y que los alcaldes de los lugares pobres del país, alejados de las grandes urbes, se quejan de una falta grave de médicos.

De nuevo las entidades médicas han criticado la forma de contratación de médicos extranjeros. Según dichas entidades Brasil tiene médicos suficientes y si no quieren ir a trabajar en esas zonas de la periferia del país no es por un sueldo mayor o menor, sino por la falta en esos lugares de estructuras hospitalarias donde falta de todo y donde les es difícil a esos médicos crearse una carrera profesional.

Se dicen favorables a que cualquier médico de fuera pueda trabajar en el país, pero tras haber pasado un examen de reválida. Las deficiencias en la salud pública ha sido una de las mayores reivindicaciones de las protestas callejeras junto con las de la educación y los transportes. Por ello, el gobierno no ha querido esperar y ha lanzado enseguida ese programa revolucionario criticado por unos y aplaudido por otros.

Ahora el Congreso tendrá que aprobar la medida más polémica, la del servicio médico obligatorio. De cualquier modo, los ministros de Dilma creen que peor hubiese sido el inmovilismo en un momento en el que la opinión pública exige una medicina digna de un país que es la sexta potencia económica del planeta.

Para leer el programa oficial del gobierno presione aqui.

(Publicado por Folha de São Paulo - Brasil, 9 julio 2013)
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