Ley
Argentina:La fertilización asistida ya es un derecho en todo el país
"Somos ley, somos ley", cantan las mujeres desde las tribunas del Congreso Nacional. La Cámara de Diputados acaba de aprobar por amplia mayoría la ley de fertilización asistida y esas mujeres, muchas con lágrimas en los ojos, festejan después de muchos años de espera. Y sienten que su canto se resignifica: ellas son la ley, por la incansable tarea que tuvieron para que este proyecto fuera aprobado –algo que ayer destacaron los diputados de todos los bloques–, y porque es una norma que les llegará al cuerpo, literalmente.
Fueron tres horas de debate, en las que diputados de todas las fuerzas destacaron el impulso que las organizaciones civiles le dieron a esta iniciativa. Más que debate, cada diputado usó su tiempo para pedir perdón por las demoras de este proyecto y para celebrar algo que, según los sondeos previos, era inevitable: las modificaciones al proyecto original, de junio de 2012, que habían sido aprobadas por el Senado en abril y que habían sido ratificadas en cuatro comisiones el martes, salieron ayer casi sin oposición.
Votaron a favor 204 diputados, hubo 9 abstenciones (ocho del PRO y una del radical Rodolfo Fernández) y un voto en contra (Julio Ledesma, cercano al PRO).
La ley reconoce el derecho a un tratamiento de fertilidad de todas las personas, sin distinción de sexo ni necesidad de estar en pareja. Hay 600 mil parejas en Argentina que sufren este problema, y los tratamientos tienen un costo de hasta 50 mil pesos (ver página 5). Sólo en la provincia de Buenos Aires y en Santa Fe hay leyes similares.
La que abrió la ronda de exposiciones fue la presidenta de la Comisión de Salud, María Elena Chieno, del Frente Para la Victoria. “Ha llegado el día –dijo–. Todas las personas tienen los mismos derechos según nuestra Constitución, pero desde hace años se da una gran inequidad”. La radical Maria Luisa Storani, una de las impulsoras del proyecto, sostuvo: “ Es un avance de nuestra democracia.
Por fin saldamos una deuda pendiente con la sociedad. Hubo lobby de todo tipo, pero finalmente logramos que tenga tratamiento un proyecto cajoneado durante años”, dijo.
Virginia Linares, del GEN, destacó que es una ley "que garantiza el derecho al acceso igualitario a la cobertura integral de todos los individuos y parejas, sin discriminación ni exclusión por su orientación sexual o estado civil". En este sentido César Cigliutti, de la Comunidad Homosexual Argentina, destacó: "Es una hermosa posibilidad que tienen nuestras parejas para formar la familia que quieren".
Desde los balcones del primer piso, las organizaciones que militaron por este tema (Concebir, Abrazo por dar Vida y Sumate a dar Vida, entre otras) aplaudieron la mayoría de las intervenciones, aunque se percibía en el ambiente la ansiedad por llegar a la votación. Y cada legislador que pedía la palabra parecía alargar todavía más esa espera.
"Es una ley necesaria e inteligente. Necesaria porque la esterilidad afecta a mujeres de todo el país, sin distinción de clase social, lo cual hace que sin esta ley sólo algunas puedan verse favorecidas de lograr un embarazo. Es inteligente porque está comprobado científicamente que las probabilidades de fertilidad decayeron en los últimos años –dijo a Clarín Carlos Carrere, de Procrearte–, aunque dependerá de cómo sea instrumentada para que se lleve a cabo en todos los niveles".
Como contrapartida, las empresas de medicina prepaga se quejaron de que no fueron consultados y plantean dudas sobre quién se hará cargo de los costos.
La reglamentación de la ley es el próximo debate.
Pero miles de personas ya sienten, desde ayer, que por fin la ley está de su lado.
Contempla a las personas solas
Un derecho. Esa es la gran clave de esta nueva ley. El espíritu de lo votado no es ya pensar la infertilidad como una enfermedad que debe enfrentar una pareja que no logra concebir un hijo, aquí el acento está puesto en el derecho que tienen todas las personas a reproducirse. No es un detalle menor. En esta ley están contempladas todos aquellos que quieren tener un hijo más allá de su sexualidad y el deseo o no de formar una pareja.
El artículo 7 habla de los beneficiarios: "Tiene derecho a acceder a los procedimientos y técnicas de reproducción médicamente asistida, toda persona mayor de edad ...". En este sentido la norma es amplia. La ley de la provincia de Buenos Aires limita el acceso a los tratamientos a las parejas heterosexuales que comprueben su infertilidad.
Otra diferencia con la ley bonaerense es que la nacional contempla todos los tratamientos: "Se entiende por reproducción médicamente asistida a los procedimientos y técnicas realizadas con asistencia médica para la consecución de un embarazo. Quedan comprendidas las técnicas de baja y alta complejidad, que incluyan o no la donación de gametos y/o embriones". En Provincia no hay donaciones, ya que se limita a las parejas heterosexuales. Es decir, los tratamientos se realizan con semen y óvulos de la pareja. La ley nacional, al contemplar las parejas homosexuales y las personas sin pareja, avala las donaciones.
La ley nacional, además, prevé "los servicios de guarda de gametos o tejidos reproductivos... para aquellas personas, incluso menores de 18 años que, aún no queriendo llevar adelante la inmediata consecución de un embarazo, por problemas de salud o por tratamientos médicos o intervenciones quirúrgicas puedan ver comprometidas su capacidad de procrear en el futuro".
Nada dice por ahora la ley sobre edades ni cantidad de tratamientos a los que puede acceder una persona hasta lograr el embarazo.
Eso se especificará en la reglamentación. Esa tarea corresponde a especialistas del Ministerio de Salud de la Nación, que es la autoridad de aplicación de la ley.
La ley bonaerense, por ejemplo, permite el acceso a parejas que tengan entre 30 y 40 años. Los límites tienen una explicación: arriba de los 40 las chances de lograr un embarazo son escasas. Las menores de 30, por el contrario, se supone que pueden esperar. También habilita a las parejas a dos tratamientos, con 12 meses de diferencia entre uno y otro. Y un consejo consultivo estudia excepciones.
(Publicado por El Clarín - Argentina, 6 junio 2013)
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