Justicia

Argentina: La Corte cree que el Gobierno busca forzar renuncias

En la Corte Suprema se está arraigando una sospecha cada vez más firme: los últimos ataques que lanzó el Gobierno apuntan a provocar dos o tres vacantes en su seno para nombrar jueces adictos al Ejecutivo.

jueves, 28 de março de 2013


Conflicto de Poderes

Argentina: La Corte cree que el Gobierno busca forzar renuncias

En la Corte Suprema se está arraigando una sospecha cada vez más firme: los últimos ataques que lanzó el Gobierno apuntan a provocar dos o tres vacantes en su seno para nombrar jueces adictos al Ejecutivo.

"El Gobierno nos somete a fuertes críticas. Ahora, nos ataca la procuradora general, [Alejandra] Gils Carbó. En realidad, todo apunta a lo mismo: desgastarnos para que dos o tres jueces renuncien y, así, el Gobierno logrará controlar a la Corte", cuentan en algunos de los despachos más encumbrados del alto tribunal.

Diez días después de que la presidenta Cristina Kirchner, con el lema de "democratizar la Justicia", anunció ante la Asamblea Legislativa un paquete de medidas de reforma del Poder Judicial -que van desde restringir la posibilidad de que los jueces dicten medidas cautelares hasta la elección popular de todos los integrantes del Consejo de la Magistratura-, Gils Carbó redobló la embestida contra la Corte: les pidió a los jueces que ordenen pagar el impuesto a las ganancias.

"Si Gils Carbó quería trabajar con la Corte para analizar cómo debe hacerse para que jueces y fiscales paguen Ganancias, tenía que venir personalmente. Su decisión de enviar una carta y decir por las radios que la Corte actúa contra la Constitución fue una provocación política", fue el análisis que hicieron esta semana en el máximo tribunal, que rechazó aquella misiva con otra en la que la Corte le recordó a Gils Carbó que desde 1994 el Ministerio Público es autónomo de la Justicia y que, por eso, la Procuradora puede decidir ya mismo que los fiscales paguen Ganancias.

Cuando hace dos semanas la Presidenta anunció sus proyectos de Gobierno, la Corte bajó el perfil y evitó contestarle, porque entendió que "es el Gobierno el que está en guerra con la Corte y el tribunal no va a entrar en esa confrontación". Ahora, al nuevo ataque de Gils Carbó está extendiendo la idea de que el Gobierno busca "algo más", pues tiende a "desgastar a varios jueces, forzar varias renuncias para cambiar la mayoría de la Corte".

¿Acaso los jueces de la Corte creyeron que el mismo Gobierno que echó con juicio político o con presiones a distintos jueces de la Corte de Carlos Menem iba a respetar la independencia de los nuevos integrantes? En el tribunal calculan que el Gobierno no tiene ni tendrá la mayoría necesaria para hacer juicio político a los magistrados (dos tercios), pero descuentan que sí seguirá usando la vía de las presiones para lograr el mismo resultado.

La semana que empieza, el presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, será parte de la comitiva oficial que acompañará a Cristina Kirchner para presenciar la coronación del papa Francisco y no hay que descartar que ambos conversen sobre la relación que existe entre ambos poderes del Estado y sobre las sospechas que tienen varios colegas de Lorenzetti.

Un asunto es el tema puntual de Ganancias. Es cierto que hace un año la Corte comenzó a estudiar cómo puede aplicarse ese tributo sobre los salarios judiciales. El tema no es sencillo: mientras los legisladores no pagan ese tributo sobre el ciento por ciento del sueldo sino sólo sobre un porcentaje menor (dieta), por algunas cuestiones técnicas no es posible hacer un cálculo similar sobre los salarios de los magistrados. Y aplicar el impuesto sobre el total de la remuneración terminaría haciendo que el recorte sea muy elevado.

"Consultamos con el Ministerio de Economía muchísimas veces y enviamos distintas fórmulas, pero nunca nos respondieron", confiesan funcionarios que conocen la administración financiera de la Corte.

Pero, como se dijo, en la Corte creen que el objetivo del Gobierno no es aumentar la recaudación, sino un objetivo mucho más ambicioso.

Por un lado, dicen, "lo que persigue el Gobierno, a través de Gils Carbó, es provocar más vacantes en la Justicia, para nombrar a jueces oficialistas. Actualmente existen doscientas vacantes de cargos judiciales. ¿Quién va a querer ser juez si, además, le bajamos el sueldo? Además, si recortamos los salarios, los propios magistrados y empleados harán juicios y paralizarán toda la Justicia", evalúan.

Pero la otra pata de la estrategia oficial apuntaría, en cambio, directamente a la cabeza de la Justicia. "El objetivo final es alterar la composición de la Corte", deslizan quienes conocen los entretelones de ese poder y su relación con el Ejecutivo. Y, más aún, acusan: "Gils Carbó pretende desembarcar, con el aval del secretario de Legal y Técnica de la Presidencia, Carlos Zannini". Las sospechas cruzadas, en la Justicia, están a la orden del día.

El máximo tribunal tiene siete integrantes y una ley estableció que su número quedará reducido a cinco, a medida que los integrantes actuales se retiren. Tal vez por eso, en las últimas semanas, Gils Carbó deslizó algunas críticas a Carlos Fayt, y la Presidenta, en su discurso legislativo, le apuntó a Carmen Argibay. Además, afirman, el Gobierno estaría pensando en el retiro de Enrique Petracchi, que superó los 75 años. Además, en el cuarto piso de la Corte, deslizan: "Lorenzetti y otro de sus colegas son seguidos día y noche".

Apuntado por la casa Rosada

Ricardo Lorenzetti

Presidente de la Corte

La Presidenta lo identificó como un rival por sus recientes defensas a los jueces. Igual estarán juntos en Roma para la entronización de Bergoglio

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