viernes, 14 de maio de 2010


Trabas comerciales

Brasil amenaza con represalias por los alimentos

En las vísperas del viaje de la presidenta Cristina Kirchner a Madrid, donde participará desde el lunes de una cumbre para relanzar las relaciones comerciales entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur, un grupo de embajadores europeos plantearon ayer, en el Congreso, su inquietud ante el eventual cierre de las importaciones de alimentos que dispondría el gobierno argentino y señalaron que esta medida, de aplicarse, terminará por perjudicar al país.

"Es verdad que, hasta ahora, la medida [el cierre de las importaciones] aún no se concretó. Aun así, nos genera preocupación por la incertidumbre que esto provoca [en los sectores exportadores europeos]", enfatizó el embajador de Portugal, Joaquim Ferreira Marques.

Y agregó: "La Argentina sería la perdedora [si se avanza en estas restricciones] ya que podría dar lugar a medidas de reciprocidad [de parte de los países exportadores afectados]; recordemos que este país vende alimentos al mundo por US$ 22.000 millones al año y sólo importa por US$ 1000 millones. Espero sinceramente que no concrete esta medida. Nos gusta mucho la carne argentina".

El embajador portugués, junto con su par de Alemania, Günther Kniess, fueron quienes expresaron, sin vueltas, la inquietud de la UE ante las restricciones a las importaciones que anticipó el polémico secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, en reuniones con importadores y productores de alimentos.

Los escuchaban, atentos, los diputados que integran la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara baja, que preside Alfredo Atanasof (Peronismo Federal), y participaron, además de Kniess y Ferreira Marques, el encargado de Negocios de la UE, César García Alvarez, y los embajadores de España, Rafael Estrella; de Suecia, Arne Rodin; de Eslovenia, Avgustin Vivod; de los Países Bajos, Henk Soeters; de Irlanda, Philomena Murnaghan; de Bulgaria, Stephan Apostolov; de Dinamarca, Henrik Bramsen Hahn; de Rumania, Ion Vilcu; de Grecia, Michael Christides; de la República Checa, Stepán Zajac; de Finlandia, Jukka Pietikainen; de Lituania, Vaclovas Salkauskas, y de Eslovaquia, Pavel Sipka.

En el encuentro, que se realizó a puertas cerradas a la prensa, los diputados de la oposición anticiparon que, de concretarse las restricciones comerciales, podrían impulsar desde el Congreso alguna medida para revertirla. Así lo expresó el diputado Atanasof.

Como primer paso, la oposición suscribió ayer, al finalizar el encuentro, un proyecto de declaración en el que solicita al Poder Ejecutivo "que se abstenga de impulsar medidas contrarias a la política nacional estratégica de integración regional y de concreción de acuerdos interregionales mediante acciones no avaladas por el Congreso Nacional en ejercicio de sus facultades establecidas por el artículo 75° de la Constitución nacional".

El proyecto, que elaboró Federico Pinedo (Pro), contó con el apoyo de la UCR, la Coalición Cívica, el GEN y el peronismo disidente.

Durante el encuentro con los diplomáticos, el único representante oficialista, el diputado Ruperto Godoy, intentó calmar las aguas. "Entiendo la preocupación legítima de ustedes [en alusión a los embajadores], pero hasta ahora no hubo una disposición formal del Gobierno. Como hay rumores aquí de restricciones, también debemos advertir que al parecer hay empresas alimentarias extranjeras que han dejado de comprar insumos a proveedores locales", azuzó.

En la reunión, que se extendió por casi dos horas, todos coincidieron en la necesidad de avanzar en la relación comercial entre la UE y el Mercosur. Por esa razón, el embajador de España, Rafael Estrella, procuró no especular sobre eventuales represalias contra la Argentina si, efectivamente, se cierran las importaciones de alimentos, y confió en que el país cumplirá con las pautas de la Organización Mundial de Comercio (ver aparte), tal como se había comprometido anteayer la ministra de Industria y Turismo, Débora Giorgi.

Precisamente, Giorgi y el canciller Jorge Taiana acompañarán a la Presidenta a España este fin de semana a las reuniones UE-Mercosur, y en las últimas horas tratan de consensuar una estrategia que les permita salir del enredo en que los puso Moreno.

De todas maneras, la preocupación estaba latente y era compartida entre los diplomáticos y la oposición. "Este caso [del eventual cierre de importaciones] se trata de un grave exabrupto de un funcionario de alto rango [Moreno], convalidado luego por el ministro de Economía, Amado Boudou", subrayó la diputada Margarita Stolbizer durante la reunión. Patricia Bullrich, de la Coalición Cívica -quien pidió la interpelación del Moreno- apoyó esta línea y advirtió que "la Argentina necesita ser un país previsible en su política exterior, y este tipo de decisiones no ayudan".

Brasil y las restricciones

Lo que hasta ahora era "preocupación" ayer se transformó en: "Vamos a adoptar represalias". Fue lo que dijo el ministro de Desarrollo e Industria Miguel Jorge cuando anticipó que Brasil aplicará sanciones a la Argentina si el gobierno de Cristina Kirchner avanza con la restricción al ingreso de alimentos procesados por empresas brasileñas.

El funcionario no se cuidó de ocultar la contrariedad que le produjo la resolución del secretario de Comercio Guillermo Moreno. "Nos alarmó habernos enterado que se trata de una medida verbal, que además es extemporánea" dijo al referirse a las instrucciones dadas por el funcionario a los supermercadistas argentinos la semana pasada, a quienes indicó que no podían importar alimentos que se produjeran en el país. Así, por caso, quedaban afectado los pollos o el choclo en lata que Brasil vende en el mercado argentino.

Los periodistas preguntaron a Jorge qué sectores podrían ser alcanzados por un eventual castigo a ser dispuesto por Brasil. Jorge prefirió no avanzar sobre el tema "hasta que no se agoten los canales negociadores" indicaron fuentes de su ministerio. En su entorno se especuló sin embargo con la posibilidad poner barreras a una franja similar de alimentos argentinos. Con todo, el ministro de Lula da Silva sostuvo: "Estamos trabajando para evitar ese escenario de pelea" señaló el funcionario.

Jorge confirmó las versiones que circulaban sobre que ya había freno a embarques desde Brasil hacia Argentina. Según el ministro habrían existido camiones detenidos en la Aduana, en parte porque los propios importadores argentinos no saben a qué atenerse.

Lo que hizo subir el tono de la disputa fue la percepción por parte del canciller Celso Amorim sobre la veracidad de las dificultades informadas por los sectores privados brasileños, aun cuando la medida del gobierno de Cristina recién debe entrar en vigencia el 1° de junio, según dijo Moreno a los supermercadistas. Hasta el miércoles por la tarde, cuando el embajador en Buenos Aires Enio Cordeiro se reunió con el secretario de Relaciones Comerciales Internacionales Alfredo Chiaradia, en Brasilia sólo conocían los hechos por las publicaciones de la prensa argentina y brasileña. "Nadie me notificó oficialmente", subrayó el ministro Jorge.

Entre los privados brasileños, quienes más temen ser perjudicados son los productores de aves y porcinos; aunque también miran el tema con aprehensión los fabricantes de choclo y tomate en latas. "Esta manera de prohibir importaciones sin un aviso oficial indica la falta de integración que existe en el Mercosur. Esto no puede ocurrir entre vecinos", sostuvo Francisco Turra, titular de la Asociación Brasileña de Exportadores de Aves: "Cada uno lucha por sí sin tener ninguna visión de conjunto de defensa regional", completó el empresario y ex ministro brasileño de Agricultura. Paulo Tigre, líder de la Federación de Industrias de Río Grande del Sur, exigió una acción inmediata del gobierno de Lula da Silva para frenar "una medida que amenaza al exportador brasileño". Otros indicaron que Argentina tiene superávit en el comercio de alimentos con Brasil (exporta más de lo que importa).

La Unión Europea, por su parte, ayer hizo conocer su molestia con la medida a través de declaraciones de los embajadores en Buenos Aires. El miércoles, emitió el miércoles un comunicado donde manifiesta la incompatibilidad de tales prohibiciones con "las normas de la Organización Mundial del Comercio y con los compromisos que asumió la Argentina en el marco de las reuniones del G-20". Pero además, la UE indicó que tales medidas parecen inexplicables "a pocos días del relanzamiento de las negociaciones comerciales entre la Unión Europea y el Mercosur". Pero también es cierto que hasta ahora esas negociaciones fueron trabadas por Francia y países del Este europeo que quieren preservar a sus productores rurales frente a potencias productoras como Brasil y Argentina.

(Publicado por El Clarín y La Nación - Argentina, 14 mayo 2010)
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