Cuando en
2010 se quedó con una refinería y una parte importante de la red de estaciones
de servicio que Petrobras controlaba en Argentina, Cristóbal López se
comprometió a sumar el resto de los activos locales de la petrolera estatal
brasileña.
Ahora, envuelta
en un fuerte caso de corrupción, pago de coimas y blanqueo de dinero en su
país, en el marco de una causa bautizada como ?Lava Jato? que derivó en la renuncia de toda su anterior cúpula y la prisión para alguno de sus más altos
ejecutivos, Petrobras quiere irse de la Argentina.
Y es en
este marco en el que el dueño del Grupo Indalo y del holding de la industria
del juego más grande del país, vuelve a la carga. Lo hace cinco años después de
que pagó a Petrobras 110 millones de dólares para quedarse con 330 estaciones
de servicio y la refinería de San Lorenzo, Santa Fe. Tras la operación, López
rebautizó como Oil Combustibles a la sociedad creada para operar y controlar
esas estaciones de servicio y la refinería. Y como parte del mismo acuerdo,
obligó a Petrobras a tener que informarle sobre cualquier oferta que reciba en
Argentina por el resto de sus activos.
Así se
aseguraba poder igualar o superar cualquier oferta. Incluso hasta entró al
capital de PESA, un dato hasta ahora desconocido y que le permite estar atento
y opinar, como accionista minoritario, sobre las decisiones que tome Petrobras
para desinvertir en el país.
También en
esos años creó Centenary International Corporation (CIC), un holding radicado
en Estados Unidos y que, mediante una importante ingeniería financiera, contaba
con 1,000 millones de dólares como respaldo para negociar la compra del
remanente de PESA.
Bajo este
paraguas negoció con el directorio de Petrobras cerrar un acuerdo definitivo.
Sin embargo, en mayo del 2013 la entonces presidenta de Petrobras, María das
Graças Silva Foster, decidió cerrar las negociaciones con Cristóbal López. En
ese momento se especuló con un rechazo más bien por motivos políticos y no
comerciales porque su oferta había sido muy alta. De hecho, en el entorno del
empresario siempre acusaron a Elisa Carrió ser la verdadera causa de ese
fracaso impulsando denuncias sobre supuestas maniobras fraudulentas en este
entramado de operaciones.
Ahora y
como parte de su plan de desinversión y ?blanqueo? de imagen,
Petrobras volvió a impulsar su salida de Argentina con la venta de PESA. El
proceso se inició con la convocatoria a sólo cuatro empresas: YPF; Pan American
Energy (PAE); Pluspetrol y Tecpetrol (Techint). Este grupo debía responder este
miércoles si competían en una operación que en el mercado valúan cerca de los
500 millones de dólares.
Al
respecto, Fabián De Souza, vicepresidente del Grupo Indalo, admitió el interés
del holding por comprar PESA. "Le hicimos saber al banco convocante que
queremos participar porque tenemos todo el derecho a ofertar por PESA y a estar
incluidos en el road show de información para poder cotizar una
propuesta", sostuvo quien es la mano derecha de Cristóbal López.
De Souza
también advirtió que si la convocatoria no es más amplia "se terminará
perjudicando a los accionistas de PESA que podrían obtener un mejor precio si
hay más grupos participando". De hecho, en el entorno de Indalo no
descartan tener que recurrir a la Justicia para evitar que el directorio de PESA
tome decisiones que terminen afectando el valor patrimonial de los activos
locales de la petrolera brasileña.
En este
sentido, el lunes pasado, Petrobras envió un comunicado a la Bolsa de Comercio
de Buenos Aires en el cual sostiene que "conforme se comunicó en el Plan
de Negocios y Gestión 2015-2019, Petrobrás prevé desinversiones por 15,100
millones de dólares para el bieno 2015 y 2016. En vista de este plan, la
compañía está estudiando oportunidades de desinversiones en las áreas de gas y
energía, exploración y producción de petróleo y gas y abastecimiento, en Brasil
y en le extranjero". Además, agregó que "la cartera de desinversión
es dinámica y la concretización de estas oportunidades depende de condiciones
negociables y de mercado". Toda una ingeniería semántica para no confirmar
ni desmentir que se quiere ir de Argentina.
(Publicado
por El Cronista – Argentina, 17 julio 2015)
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