La red de
gasoductos que construye México hará más competitivo a su sector industrial y,
por sus dimensiones y tiempo de ejecución, no tiene precedente en ninguno de
los 40 países en los que opera o da seguimiento Odebrecht, afirmó Luis Weyll,
director general de la filial mexicana de esa empresa brasileña.
Odebrecht
es la mayor compañía de ingeniería y construcción de América Latina. Weyll
habló con ?El Economista de sus proyectos y prospecciones en México, que incluyen gasoductos, fábricas petroquímicas, hidroeléctricas y
producción de etanol.
En México
se han invertido 2,400 millones de dólares de los 5,000 millones programados en
este sexenio para la construcción de ductos de gas. El tramo de Los Ramones II
Norte, de una longitud aproximada de 447 kilómetros, entre Los Ramones, Nuevo León,
y la ciudad de San Luis Potosí, está a punto de ser concluido por el consorcio
formado por Arendal, Odebrecht y Techint.
¿Cómo les
va en el sector de la construcción en México?
Bien.
Estamos contentos de participar en uno de los grandes proyectos de
infraestructura de gas, que es Los Ramones. Es la columna vertebral de un gran
proyecto de importación de gas. Tendrá un gran impacto en la matriz energética,
va a contribuir para hacer más competitivo el sector de la energía y las
industrias que consumen gas natural.
¿Qué
evaluación hacen del plan de México de crear una red amplia de distribución de
gas?
Yo no tengo
duda de que el plan va a ser realizado. Hay un alto nivel de entorno económico
para toda esa infraestructura, además de la necesidad que ya existe. Yo diría
que importantes proyectos serán construidos en los próximos dos o tres años
para conformar ese plan de distribución y logística de gas.
¿Para la
producción manufacturera tiene relevancia?
Es muy
importante. El gas llega para tornar a la industria más competitiva, sea a
través de un costo más bajo de energía, sea a través de un insumo mucho más
competitivo para las plantas que están instaladas o por venir a México.
¿En qué
etapa están en el proyecto de Los Ramones?
Es un
contrato de construcción. Ya estamos en 96% de avance, para terminar en mayo.
La inversión en ductos está planificada para los próximos cinco años, con 5,000
millones de dólares en total, que está establecida en el Plan Nacional de
Desarrollo. Mantuvimos un ritmo de producción de 20 kilómetros por semana de
ductos de 42 pulgadas, cuando el promedio es de 12 kilómetros. Es un récord.
¿Cómo
dimensiona los 5,000 millones de dólares?
Yo no tengo
conocimiento de que haya un programa tan fuerte en un espacio de tiempo tan
corto en otro país. Actuamos en 20 países y tomamos conocimiento de otros 20, y
no sabemos de un precedente de ese nivel. Creo que el plan de la construcción
de ductos de gas de 2013-2018 será una realidad, porque ya venció la inercia,
hay un programa en curso.
¿Qué
perspectiva tiene Odebrecht como matriz en México?
Los planes
seguirán para el sector de energía. Hay un estudio que desarrollamos y que
demuestra un potencial muy fuerte y que todavía no se ha convertido en
realidad, en etanol.
México es
el quinto productor de caña en el mundo y, a través de una política que se está
diseñando, podrá haber inversión importante en el campo mexicano, que va a
beneficiar también al sector primario a través de una política adecuada. Puede
haber un crecimiento importante tanto en la productividad como en la producción
de azúcar a base de caña y etanol. A mi modo de ver, sería una ola de inversión
que va a venir en la siguiente etapa.
¿Qué
elemento podría aportarnos para reforzar esa perspectiva?, porque ya ha habido
intentos frustrados en la producción de etanol.
México
tiene una cultura cañera consolidada de décadas de producción. Hay países que
no tenían esa cultura y están llevando a cabo un programa de etanol. Pero México
tiene una cultura, 18 estados del país producen caña. Hay toda una demanda
interna con un producto que, de haber una política adecuada de combustible,
puede generar un crecimiento de caña constante por cerca de 5% al año. Hay
experiencia de otros países que están experimentando esto, como Colombia.
¿Por qué
producir etanol?
Porque
México ya tiene una producción instalada de caña, que necesita pasar por un
proceso de renovación, y para ello tiene centenas de miles de personas
involucradas en eso. Un mercado interno relevante. Y la matriz energética, la
de biocombustibles. Son factores suficientes para generar oportunamente un
ciclo de inversiones que será muy favorable a la industria nacional.
México será
uno de los países que tendrá un precio de la energía más competitiva en los
países de América. Hay que consolidar ese plan y la gente que está encargada de
planificar en el gobierno en los tres años subsecuentes, yo creo que está
considerando esa posibilidad de la ola de inversión en el campo para transformar
a México en una gran potencia de producción de etanol con caña de azúcar, no
con maíz, por razones ambientales y de eficiencia energética.
¿Qué
prioridades tiene Odebrecht en el sector de la construcción de México?
Están en el
sector de energía, en el tema de gasoductos. La generación de energía siempre
será una oportunidad. También en carreteras e hidroeléctricas. México reúne
todos los requisitos para ser un gran jugador mundial en energía verde. En
Brasil, la mitad del combustible consumido es etanol. Además, hay un programa
de hidroeléctricas que está llevando a cabo la Comisión Federal de Electricidad
(CFE) y tenemos intenciones claras de participar en las oportunidades en los
próximos años. El plan de la CFE prevé dos hidroeléctricas de más de 400 megas
y estamos haciendo el seguimiento a ello.
¿También
trabajan en el proyecto de Etileno XXI, para producir polietilenos en
Coatzacoalcos, a través de su subsidiaria Braskem?
El proyecto
va a suplir 60% de la demanda existente en México, sustituyendo importaciones,
sin contar el crecimiento potencial que hay en el sector y toda una industria
de tercera generación. La demanda sigue creciendo y esto genera oportunidades
de seguir invirtiendo en el sector, considerando además que México es un país
competitivo en materia prima, logística y mercado interno.
¿En qué
etapa está?
Está en
proceso de partida, entre febrero, marzo y abril, el proyecto va a estar
plenamente operando para fines comerciales. Sería después de cinco años de
intensas inversiones en construcción. Progresivamente va alcanzar la máxima
producción, que es 1 millón de toneladas al año, en un periodo de ocho a 12
meses.
¿Qué puede
hacerse para aumentar la transparencia en la construcción de obras públicas?
(Marcelo Odebrecht, presidente de Odebrecht SA, está implicado en la
investigación por corrupción de Petrobras en Brasil)
Siempre que
se hace una obra pública, se hace referencia cuantitativa y se requiere también
agregar una cualitativa. Que los gobiernos sean evaluados efectivamente por la
calidad de la inversión y que se pueda ver reflejada la inversión en tiempo y
forma, y que esto sea uno de los indicadores más importantes para evaluar la
transparencia.
Por
ejemplo, en una obra de infraestructura que está proyectada para hacerse en
tres años, la transparencia debe ser en todo el ciclo completo de la
planificación, no sólo con la partida de la obra, sino con el seguimiento de la
calidad que ha tenido para beneficiar a la sociedad. Que se evalúe a los
proyectos, en su conclusión, en tiempo y forma.
(Publicado
por El economista - México, 23 febrero 2016)
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