Cumbre
Cristina llegó a Madrid y busca calmar los ánimos por las trabas al comercio
Cristina Kirchner aterrizó esta tarde en Madrid (09.28 hora argentina) con una task force que intentará calmar los ánimos alterados de los países europeos con la Argentina, tras la decisión gubernamental de ponerle un freno a las importaciones de alimentos.
Además del canciller Jorge Taiana, compañía habitual en las giras al exterior, la Presidenta llegó aquí con la ministra de Industria, Débora Giorgi, el secretario de relaciones económicas internacionales, Alfredo Chiaradía, y el ex presidente Néstor Kirchner, flamante secretario general de la UNASUR. Todos ellos estarán mañana en el IFEMA, el complejo de ferias y congresos de las afueras de esta capital, donde Cristina Kirchner participará junto a medio centenar de jefes de Estado de la VI Cumbre América latina y Caribe - Unión Europea (ALCUE).
En lo que atañe a la Argentina, la principal noticia prevista para esta Cumbre era el relanzamiento formal de las negociaciones para un tratado de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur, que permanecen congeladas desde 2004. Por eso, la sorpresiva traba a las importaciones no pudo llegar en peor momento.
Sin un anuncio formal (que pondría al país en abierto conflicto con la Organización Mundial de Comercio, OMC), las restricciones al ingreso de alimentos fueron anunciadas verbalmente por Guillermo Moreno a supermercadistas e importadores. Con larvadas resistencias en la cancillería y en el ministerio de Industria, la iniciativa fue defendida en cambio la última semana tanto por el ministro de economía Amado Boudou en Nueva York como por la misma Presidenta, cuando recibió la noche del miércoles a una delegación de la CGT encabezada por Hugo Moyano en su despacho.
Los europeos parecen saber ya que las palabras del secretario de comercio tienen fuerza de ley en Argentina, cuando no más. Por eso, el miércoles partió desde Bruselas un comunicado calificando de "inexplicables" las medidas y pidiendo aclaraciones al gobierno nacional.
El jueves, los embajadores europeos fueron aún más duros en su visita al Congreso, al hablar de un "elemento desestabilizador" y una "señal negativa" ante el relaanzamiento de las negociaciones UE-Mercosur, y anticiparon posibles medidas de "reciprocidad" que afectarían el millonario flujo de exportaciones argentinas a este continente. La ministra Giorgi, en particular, recopiló información comercial y datos estadísticos, según pudo saber Clarin, para despejar dudas aquí y subrayar que Argentina no se apartará de las reglas de la OMC.
El anuncio de Moreno produjo una mezcla de desconcierto y desazón entre la diplomacia argentina, según pudo constatar este diario de fuentes en la Cancillería. Es que desde noviembre pasado los equipos técnicos del Mercosur y la Unión Europea venían trabajando en conjunto para que la Presidenta y José Luis Rodríguez Zapatero, -como presidentes temporales de ambos bloques- brillaran con el relanzamiento de negociaciones ya encaminadas entre los dos bloques. Pero esta nube sembró dudas. Aunque no sea la única ni la más importante.
La crisis económica no da respiro a Europa y España aparece en la línea de fuego. Los españoles se anoticiaron la semana pasada de boca de su presidente de gobierno que deberán afrontar el ajuste más severo de las últimas décadas y el malestar social aquí es ostensible. La relación entre el socialismo y las dos principales centrales sindicales parece quebrada tras el anuncios de rebajas salariales para los empleados públicos y las huelgas asoman en el horizonte.
Con pura lógica, fuentes oficiales reconocían que este infortunio europeo mayor puede ayudar a borronear y quitar fuego al reclamo por el incordio comercial con nuestro país.
(Publicado por El Clarín – Argentina, 17 mayo 2010)
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