Se trata de Republic Metals Corporation de Estados Unidos, Italpreziosi de Italia, Metalor Techonologies y MKS de Suiza, y Kaloti de Emirates Árabes. Estas corporaciones son sospechosas de lavar varias toneladas de oro de origen ilegal provenientes de Sudamericana.
Además, según informa OjoPúblico, las autoridades judiciales peruanas ya investigan a compañías del circuito londinense por casos penales vinculados a la incautación de una tonelada de metal en el Callao, así como por lavado de dinero proveniente de la minería ilegal.
Cabe resaltar que algunas de las compañías vinculadas al Londo Bullion Market están certificadas como comerciantes de lingotes de alta calidad, pero tendrían responsabilidad en la destrucción de zonas como Huepetuche y La Pampa en Madre de Dios.
Investigación
En su reportaje titulado : "Oro sucio:
la pista detrás del London
Bullion Market" el diário peruano "Ojo Público", sostiene que la selva
más rica del sur peruano está atravesada por una cicatriz desértica que da la
idea de un planeta a punto de partirse: de un lado está la Reserva Nacional
Tambopata, en Madre de Dios, una de las regiones con mayor diversidad biológica
del mundo; del otro, el último bosque que debía amortiguar cualquier amenaza
exterior. En esa zona media ya no hay árboles, sino troncos caídos; tampoco
ríos, sino piedras y tierra con lagunas pestilentes. Le llaman La Pampa, y es
el mayor campamento de la minería ilegal del Perú. El epicentro de la fiebre
del oro que depredó miles de hectáreas en esta parte de la Amazonía se ubica a
pocas horas de la frontera con Bolivia y Brasil, pero a miles de kilómetros de
las corporaciones que han recibido el mineral extraído de estos territorios en
la última década.
El diario agrega que
–luego de viajar a los centros de extracción de mineral en Perú, Bolivia,
Ecuador y Colombia, acceder a los documentos judiciales y policiales sobre el
tráfico ilegal de metal y analizar las exportaciones auríferas salidas de esta
región– identificó a los financistas de la fiebre del oro que devastó extensos
territorios de Sudamérica en los últimos años: un grupo de compañías de EE.UU.,
Suiza, Italia y Emiratos Árabes Unidos, asociadas o vinculadas a través de
otros grupos empresariales al London Bullion Market Association (Lbma), el
gremio que fija el precio del oro a nivel internacional y que concentra a los
principales comerciantes de este activo en el mundo.
Estas
corporaciones –Metalor Technologies y MKS Finance, de Suiza; Northern Texas
Refinery (NTR Metals) y Republic Metals Corporation (RMC), de EE.UU.,
Italpreziosi de Italia y el grupo Kaloti del emirato de Dubái– además son
sospechosas de lavar cientos de toneladas de oro de presunto origen ilegal que
han sido enviadas por exportadoras sudamericanas dirigidas por operadores de
esta actividad ilícita vinculados al blanqueo de dinero, el crimen organizado y
el contrabando transfronterizo de metal.
Las autoridades
judiciales del Perú tienen en la mira a las compañías del circuito londinense
(que también adquieren oro en Medellín, La Paz y Guayaquil) por los 25 casos
penales originados tras la incautación de una tonelada de metal en el Callao
entre el 2013 y el 2014, y por otros procesos por lavado de dinero de la
minería ilegal. También se investigan los verdaderos capitales de estas
corporaciones, sus millonarias transferencias de dinero para comprar oro en
zonas de extracción del sur del Perú en los últimos años, así como los
contactos que los ejecutivos de estas empresas establecieron con los dueños de
las exportadoras en Lima y otros países amazónicos para despachar las cargas de
origen ilícito a sus filiales en Miami, Zürich y Roma.
Esta
investigación periodística además retrata las rutas del tráfico de oro ilícito
en Sudamérica y profundiza en la responsabilidad de las compañías vinculadas al
London Bullion Market –algunas de ellas certificadas como comerciantes de
lingotes de alta calidad (good delivery)– en la destrucción de zonas como
Huepetuhe y La Pampa en Madre de Dios; del lecho de los ríos bolivianos Pando y
Beni, que llegan hasta el Madeira, en la selva brasileña; la selva del Caquetá
y los bosques del Chocó en el Pacífico de Colombia, así como en las montañas de
Nambija en la frontera con Perú.
Los
documentos judiciales sobre las millonarias operaciones revelan que estas
corporaciones negociaron la compra de oro amazónico con capos de la minería
ilegal, acopiadores del crimen organizado, propietarios de exportadoras
fantasmas y testaferros que fingen ser empresarios. Además con traficantes de
dinero y socios de casas de cambio, controvertidos inversionistas rusos y
chinos, contrabandistas peruanos, bolivianos y brasileños, directivos de
empresas en paraísos fiscales del Caribe y hasta personajes investigados por la
DEA.
Cuatro de
las seis compañías compradoras de oro integran directamente el London Bullion
Market; mientras que las otras dos: NTR Metals y Kaloti forman parte de grupos
comerciales (la refinería Ohio Precious Metal de EE.UU. y el Dubái
Multicommodities Centre, ubicado en dicho emirato) que sí están incluidos en
este gremio. Todas centralizaron sus operaciones en Lima en los últimos años,
pero además compran a un grupo de exportadoras sospechosas de La Paz, a donde
llega el metal del altiplano y la Amazonía boliviana en la frontera con Brasil;
de Medellín, ciudad de acopio de mineral de los bosques tropicales colombianos
dominados por las FARC; y de la frontera entre Ecuador y Perú.
OjoPúblico
conoció que hasta el año pasado, Metalor, Kaloti e Italpreziosi tenían espacios
alquilados (los principales en Sudamérica) dentro de la compañía de transporte
y custodia de valores Hermes en Chorrillos, a una hora del aeropuerto de Lima.
De estas tres, solo la refinería suiza, que figura en expedientes judiciales
por la compra de oro sospechoso en Perú desde fines de los ‘90, mantiene su
filial al interior de Hermes. Se desconoce si MKS (dueña de la refinería PAMP
en Suiza), NTR Metals (que dejó su local en la sede de Prosegur en Surco hace
algunos meses) y Republic Metals Corporation tienen oficinas o representantes
en la capital peruana.
Los
principales impulsores de las incautaciones de oro ilegal del 2013 y 2014, la
Procuradora de Lavado de Activos de Perú, Julia Príncipe, y el Intendente
Aduanero de la Superintendencia de Administración Tributaria (Sunat), Gustavo
Romero, confirmaron que las seis compañías citadas en este reportaje forman
parte de las investigaciones fiscales y policiales contra las exportadoras
peruanas involucradas en casos de lavado de la minería ilegal.
(Publicado por La República y Ojo Público - Perú, 11 junio 2015)
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